Ícaro
Dedicado a los apasionados por el riesgo, a las almas aventureras, a los que la curiosidad y el interés por aprender les ha permitido volar muy alto. Volaste alto sobre el extenso mar, Fuiste brisa suave, Irreverente, desafiante y libre El viento era tu aliado, Tus alas el motivo, Rompiste una promesa, y amaste tanto la cima que no podías sentir a tu lado la palabra que guía. Todos somos tú, al menos una vez. Y en ese instante donde no alcanzan las alas, donde la cima es el cielo, las cadenas pasado y los nudos que entrelazaron tu alma ahora son silencio, se ilumina tu alma y recuerdas, soy carne, soy cera, soy sensible al calor y al viento, pero también, soy espíritu libre, soy la inmortalidad de mi alma, no solo cera sensible al calor y al tiempo.