Los 20 dobles



Te miro y no me gusta lo que veo
Donde está el brillo de tus ojos?
Otra vez me doy la vuelta
y te miro y no me gusta lo que veo,
que son esas hebras de hilo blanco en tu cabello?
y aquella cicatriz en el rostro,
y tu sonrisa donde quedo tu sonrisa?
Te miro y solo hago preguntas sin respuestas.
Por eso ya no te miro paso a tu lado y te ignoro,
prefiero imaginar que no estás, a veces te odio,
¿cómo dejaste que muriera ese reflejo de tu alma encantada,
tranquila, serena como las aguas de mi río en primavera?
A veces pienso en deshacerme de ti y me arrepiento,
 me pregunto, ¿y si lo hago? ¿quién te recordará lo que fuiste?
 ¿cómo recobraré la sonrisa si me enamoro de ti de nuevo?,
fuiste mi aliado de mis años mozos y ahora ya no te quiero,
 porque me recuerdas cada día al pasar a tu lado,
que si no te ignoro seré víctima del tiempo
 o de una comparación absurda,
 o de una noche de desvelo,
quizás vuelva amarte,
 pero hoy te sigo ignorando, ESPEJO.

Así catalogó mi amiga nuestra entrada en los 40, y es que, aunque para algun@s comenzar esta etapa de la vida es pura decadencia, para otr@s comenzarla es como vivir una segunda adolescencia solo que doblemente vivida.

Para nadie es oculto que se experimentan muchos cambios físicos y emocionales en este momento de la vida. Comenzamos a lidiar con cambios físicos reales, pero a su vez se comienza a experimentar un estado de madurez emocional interesante que genera equilibrio y una nueva visión del mundo con el que sentimos que podemos apoderarnos de él. Es curioso hace algún tiempo una mujer de 40 años ya estaba pasada de moda sin embargo, lo maravilloso de las cuarentonas del siglo XXI es el poder que se dan las mujeres a si mismas en esta etapa de la vida.

El despertar de los 40 trae consigo muchas interrogantes, lo primero que sabemos es que estamos cambiando físicamente y nos lo dice cada día el espejo, y además que esta nueva etapa está marcada por el tiempo que nos queda para hacer y plantearnos las cosas que queremos lograr, de ahí la pregunta, ¿quién soy? ¿qué he sido hasta hoy? Y qué quiero ser en lo adelante cobra un nuevo sentido, ¿qué haré por ejemplo en mis próximos 20 años? Cómo continuaré mi historia en lo adelante, si, sé que me queda tiempo, pero también sé que se agota rápido ya han pasado 40 años de los cuales solo en una parte fui consciente de estar construyendo mi vida por mí mism@.

Hay muchas mujeres como yo, que encuentro en mi consulta de maternidad ,engendrado hijos después de los 40 y aunque para nadie es un secreto del riesgo de  la maternidad en esta edad las parejas de hoy por diferentes motivos postergan un poco más el tiempo para traer bebes al mundo, lo curioso es que los médicos se encargan de  recordarte la edad en cada consulta y con un tono fresco te dicen ” no te alarmes pero es que eres una mamá que has pasado los 40” y es que para el sistema médico somos un problema, más trabajo, más riesgos, más gastos, a mí no queda de otra que encogerme de hombros y decir “lo sé” y aunque no me siento desgastada ni descompuesta por la edad ya soy la primera en recordarle a todos que tengo 42 antes que me lo digan, para mis amigos estoy loca, o soy  irónicamente “valiente”, no los culpo pensaba lo mismo, somos víctimas de condicionamientos sociales, alguien dijo, este es el ciclo natural de las cosas y cuando este ciclo se rompe comienzan los cuestionamientos. Y es que lo sé, pero ni las cicatrices, ni las marcas de mi cuerpo, ni barriga con la piel rota, me hacen sentir infeliz.

Todo depende del modo en que afrontamos la realidad, si entendemos todo lo que nos sucede desde la aceptación, asimilaríamos que ahora nos llamen señora o señor, o un delicado dolor de espalda, o una enfermedad inesperada, o no ser tan deseados en lo que conquistas respecta, alguna que otra arruga o fallo de nuestro cuerpo, aceptaríamos también los cambios en nuestras relaciones interpersonales, y buscaríamos establecer vínculos mas sanos y positivos, entenderíamos que los que están, viven y hacen las cosas que quieren lejos de querer cambiarlas, y nos corresponde a nosotros decidir de que formaremos parte.   

A los 40 se comienza una etapa que en psicología llaman crisis de la mediana edad, y es que no encontrar sentido a la existencia durante esta etapa nos haría muy infelices, por lo que es el momento de utilizar la madurez alcanzada (dejando atrás el pensamiento de los 20) y todo el aprendizaje a través de nuestra vida para continuar siendo felices, analizar y replantear objetivos y metas adaptados a nuestra realidad, aceptar que estamos en los 40 es un buen comienzo, decir lo hice, lo logré estoy aquí viviendo esta etapa de mi vida que en momento vi lejana, y que puede estar llena de buenas experiencias. Much@s deciden estudiar, aprender un nuevo idioma, emigrar, viajar, se revelan a ser los cuarenton@s del sofá y la TV esperando la jubilación, y aunque no faltan los que se preguntan si valdrá la pena nos enseñan que nunca es tarde si el motivo es vivir.

Lo que me devuelve el espejo depende de la percepción que tenemos de nosotros mismos, es una evaluación puramente emocional relacionada con como nos sentimos con respecto a esa imagen. Dejar de juzgar nuestro cuerpo, aceptarnos, amarnos y vivir  plenamente cada etapa de nuestras vidas, es la invitación a la reflexión de la semana.

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