Tiempos difíciles

Eran tiempos extraños en los que la soledad era aliada y la casa refugio. La gente renunció a los abrazos, a los besos y al apretón de manos. Eran días eternos, familiares y amigos virtuales, tiempos de conteos diarios, de debate entre ver las noticias o ignorarlas, los planes detenidos, la creatividad en juego y la incognita: ¿cuánto tiempo tomará?. Eran tiempos en los que se le temía al afuera, al aire fresco , al saludo, al estornudo, a la tos, a los fluidos. Tiempos en los que se probó la resiliencia, en los que la cualidad imponente de la vida nos cambió los planes. Eran tiempos inesperados, la ciencia estaba a prueba, muchos dudaron, no había acuerdos, ni palabras definitivas. Eran tiempos de un silencio tormentoso. Hubo momentos en que muchos pararon y otros nunca se detuvieron. Despedimos a muchos de una generación valerosa, los novios no se casaron, los amantes no se encontraron, los solos se desesperaron. Eran tiempos de amar, de cuidar y bendecir, eran tiempos de fe y esperanza, eran esos tiempos de los que no sabemos si hacer crónicas u olvidarlos. Eran tiempos difíciles.