De hombres y roles



Mi hombre
Como no cantarle a mi hombre...
Si él es braza que quema,
es fuerza que alienta,
es vida y es alba.
Es pasión en noches intensas,
es ternura entre mis sábanas.
Alma y morbo en su mirada,
besos que al amor abrazan,
mi hombre es futuro, es hoy y el pasado que nos marca,
como no cantarle a él, si es mi equilibrio, mi balanza, la certeza de que sus manos calmarán mi destemplanza.
No te rindas amor, grita su alma, solo confía, ten garras, de los que no lo intentaron nadie aún escribió nada.
Mi hombre ha librado largas batallas, cruzó en sus pies el Niagara y construyó un camino para todos los que ama.
Mi hombre plantó un manzano, dos semillas en mi vientre y escribe con pluma fina su vida cada mañana.
Como no cantarle a él.

El día 19 de noviembre se celebró el día del hombre para muchos pasó inadvertido, otros como yo nos enteramos a media mañana cuando vimos las noticias, yo reconocí mi ignorancia con gesto dudoso y una pregunta redundante e incoherente ¿de veras existe un día del hombre? La pregunta me llevo a la reflexión y por qué no celebrar un día para Ellos. La sorpresa no es que solo yo lo ignoro, a los propios hombres parece que no les llama la atención que exista un día para celebrar su rol social, o simplemente su existencia, y muchas diremos es que no necesitan que los celebren, si han sido celebrados históricamente.

Si analizamos el papel del hombre en la sociedad patriarcal, podemos afirmar que el hombre ha recibido mucho apoyo social, su rol en la sociedad estaba claramente definido, como debe comportarse para definir su hombría, debe trabajar, proveer a la familia, su función en la paternidad además de todas las señales machistas trasmitidas desde la infancia relacionadas con la virilidad, el jefe de la familia al que se subordinan los demás miembros dejando claro quién es el que manda y por qué. Hubo una época, la de nuestras abuelas y algunas de nuestras madres, en que el hombre  tenía muy claro cuál era su rol social y no lo cuestionaban, ni siquiera cuestionaban el rol de sus propios padres que salían a trabajar y no estaban en casa, estos varones crecieron con una falta de reflexión y cuestionamiento sobre su papel en la sociedad, contrario a lo que ha sucedido con la mujer que a cuesta de batallas y empoderamiento han cambiado positivamente su papel social, abriéndose al mundo y asumiendo un rol diferente, que sin dejar a un lado su vínculo con la familia se volvió económicamente independiente y aunque queda mucho por cambiar, sigue construyendo un espacio social protagónico, mientras que el hombre pierde su relación de poder, estatus y reconocimiento social pues ya no son tan amparados por un modelo social patriarcal, que se hace obsoleto con el paso del tiempo.

Si analizamos las estadísticas, los hombres (aunque ya en menor escala) mueren antes que las mujeres, el suicidio y las enfermedades que padecen son indicadores a tener en cuenta si afirmamos que en los varones existe un problema relacionado con la forma en que experimentan el género y que tiene implicaciones para su salud.
Las mujeres han sido oprimidas por su rol de género y los hombres han sido restringidos de tener una vida emocional plena, “los hombres no lloran” es un clásico ejemplo de esta restricción social.

Reflexionar sobre un hombre nuevo lejano al machismo, no violento, y que deje a un lado el estilo patriarcal aprendido, sería una manera de abordar el problema. "El problema de la violencia también afecta a los varones en términos de salud, ya que para poder mantener su posición ponen en peligro su vida. Hacen deportes de riesgo, no asisten al médico, no expresan sus emociones y se sienten todo el tiempo bajo presión, tanto emocional como sexual". 1

Algunos hablan de la feminización del hombre y la masculinización de la mujer en la nueva sociedad https://siempreteescribire.wordpress.com/2011/04/04/mujeres-masculinas-hombres-feminizados/. No estoy de acuerdo con verlo literalmente de este modo, creo que las nuevas generaciones están comprendiendo que hay un cambio en esa función social asignada al hombre y encontramos hombres que lloran, capaces de ocupar su papel de padre responsable y participativo, hombres que se preocupan por su imagen personal, tanto como las mujeres, sin temor a ser catalogados como “débiles” o “flojos”, hombres que luchan por desestructurar ese rol que lo presiona.

Pero también es muy frecuente encontrar hombres perdidos e infelices en la sociedad actual, con conductas inmaduras, que no saben que quieren o que hacer con sus vidas y evaden sus compromisos. Por su parte la sociedad sigue exigiendo el cumplimiento de su rol como si no existieran cambios, poniendo a los varones en una situación muy difícil, pues ya no soy necesario para proveer o sostener a una mujer y una familia, mi fuerza física ha sido desplazada porque ahora tenemos maquinarias y tecnología, las mujeres buscan una compañía para su vida no un sustento. Si han sido desplazados después de estar históricamente luchando por mantener su rol ahora que les queda ¿escogerán por el disfrute de su libertad y tiempo libre? De ahí quienes alargan su adolescencia dedicando horas de más a la TV o los videojuegos y bebiendo alcohol con los amigos.

Creo que el modelo o estereotipo de hombre debe adaptarse a la sociedad actual desarrollando estilos de vida sanos, un hombre que pueda cuestionar su realidad interior. No es necesario vivir este cambio como que el hombre, va perdiendo terreno en una sociedad en la que la mujer gana el espacio por el que ha luchado, sino de comenzar a ver la vida de manera diferente, asumir nuevas actitudes en su relación con la mujer, la crianza de los hijos y el fortalecimiento de su vida interior, de lo contrario tendremos hombres inseguros, violentos y desesperados en la búsqueda de su rol en la sociedad. El desafío es la creación de un rol masculino nuevo, que se ajuste a las exigencias sociales de hoy y de la sociedad que se va edificando, entendiendo que no estamos en una competencia constante entre hombres y mujeres por un lugar en la sociedad, el cómo lo haremos es la invitación a la reflexión de esta semana.



1 Gabriela Bard Wigdor doctora en estudios de género e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).


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