Obsesión por la belleza



 “La belleza reside en el corazón de quien la observa”. Albert Einstein.


Recuerdo que siendo muy pequeña miraba a mi abuela con mucho orgullo siempre me pareció muy bella, piel canela, pelo corto con una mezcla única de cabello negro y blanco, un poquito gruesa (para ella era estar saludable)  no recuerdo colores en su uñas, ni en su pelo, solo un gajito de albahaca detrás de la oreja para espantar los insectos y atraer buenas energías, ropa simple cosida a mano, siempre sayas y blusas con flores; le gustaban algunos atuendos femeninos como una cadenita con una estampita de la virgen y siempre areticos dorados, los amaba, era muy sencillo mantener su estilo fresco, no gastaba tiempo ni energías delante del espejo,  recuerdo usaba un pedazo de algún espejito roto que sujetaba de una mano para peinarse con la otra, su seguridad era única, no recuerdo mujer más bella. Como ella eran muchas de sus amigas, nada sofisticadas, solo mujeres, reinas de sus casas, amantes de sus familias y de su fogón, con escasa instrucción, pero con la sabiduría de entender la vida de la manera mas simple y vivirla de ese mismo modo. Era muy común en esos tiempos interactuar con mujeres así. En el campo, donde vivía, no había acceso a la TV solo a alguna vieja revista de moda o a patrones de ropa que se intercambiaban entre amigas. Pero ¿qué nos pasó?

Sin pensarlo caímos en la trampa de la obsesión por la belleza, dejando de estar en sintonía con nuestro cuerpo, esa máquina perfecta, diseñada para llevarnos a cada sitio. Muchos decidieron invadirse con procedimientos riesgosos, dietas extremas, planes de ejercicios severos para verse como los de la TV y hasta blanqueamiento de ano. Cuánto tiempo dedicamos a lucir perfectos y cuánto dedicamos a nuestra salud, a amarnos y aceptarnos como somos, lejos de convertirnos en la imagen que alguien nos vendió como supuestamente real y perfecta.

Vivimos en el siglo de la belleza exterior, todo este mundo interconectado impone cada día ideales de belleza que nos han hecho caer en una trampa mental de comparación obsesiva. Las redes sociales, los medios audiovisuales se han encargado de crear una imagen distorsionada de la realidad diciéndonos como debemos lucir para ser “socialmente bellos” o aceptados. No cabe dudas, La obsesión por la belleza se ha convertido en un problema cultural.

Escuchando Radio Ambulante1 descubrí dos historias impactantes, una es la desgarradora historia de Ximena, una muchacha de 21 años de Medellín, Colombia, descontenta con su cuerpo que decide someterse a un “aumento de cola”. En este país los procedimientos estéticos son parte de la cultura, tal es así que según las estadísticas se realizan más de 1000 operaciones al día por lo que se ha convertido en una potencia mundial de cirugía plástica. Desafortunadamente Ximena cae en manos equivocadas y al no poder asimilar la sustancia que le inyectaron muere unos días después en un hospital víctima de una complicación pulmonar. [Escuche episodio aquí]

La otra, es el testimonio de Gabriela Wiener, periodista y escritora peruana que nos invita a la reflexión a través de la percepción de si misma desde la mirada de su trastorno dismórfico corporal.  Su crítica reveladora y autosanadora, es sin dudas, una muestra de aceptación de su cuerpo, es un entendimiento con su realidad, es expresión de la superación de sus miedos, de la capacidad de optar por ser feliz desde la ruptura con los constructos sociales de belleza, es una invitación a pensar diferente…. Es como ella dijera “hacer las paces con la cara y con el cuerpo que te tocó”, así se describe:

“El mal existe, como la deformidad y la putrefacción. Nadie podrá despreciarme mejor que yo, esa es mi conquista…mis dientes torcidos, mis rodillas negras, mis brazos gordos, mis pechos caídos, mis ojos pequeños clavados en dos bolsas de ojeras negras, mi nariz brillante y granujienta, mis pelos negros de bruja, mis gafas, mi incipiente joroba, y mi incipiente papada, mis cicatrices, mis axilas peludas, y abultadas, mi piel manchada, pecosa y lunareja, mis pequeñas manos, negras con las unas carcomidas, mi falta de cintura y curvas traseras, mi culo plano, mis cinco kilos de sobrepeso, los pelos hirsutos de mi pubis, el pelo de mi ano, los pezones grandes y marrones, mi abdomen descolgado y estriado. El tono de mi voz, mi aliento, el olor de mi vagina, mi sangre, mi fetidez. Y aun me falta hacerme vieja. Y descomponerme”.2[Escuche episodio aqui]

Según el cirujano Alejandro Radaa Cassab en una entrevista para la Revista Fucsia.com someterse a tratamientos o cirugías indiscriminadamente es riesgoso para la salud por ejemplo, las mujeres que se operan varias veces los senos para aumentarlos de tamaño sufrirán trastornos en la piel y dolores de espalda, las inyecciones con silicona pueden afectar los conductos linfáticos y venosos, los que reducen la nariz pueden tener problemas respiratorios en el futuro, señala que estos tratamientos invasivos no son reversibles.

Envejecer con dignidad no significa transformarse o deformarse físicamente, como tampoco lucir bella significa cumplir con patrones inalcanzables socialmente impuestos. ¿Qué nos hace ver bellos o feos? ¿Por qué hemos construido esos patrones no saludables? ¿Qué estamos haciendo para cambiarlos?

Es posible que después de una o dos intervenciones estéticas la persona perciba un cambio significativo en su vida, pero en la mayoría de los casos el circulo social sigue siendo el mismo, la búsqueda del amor quizás continúe, y las dudas sobre el atractivo físico permanezcan intactas, entonces por qué lejos de parecer seres clonados no optamos por aceptarnos desde la diferencia, y fomentamos valores humanos más allá de las apariencias.       

1 Radio Ambulante me acompaña en mis mañanas, adoro cada episodio, conocí el Podcast por alguien a quien amo y ahora soy fiel oyente. Algunas de sus historias las he hecho mías, con ellas he viajado en el tiempo, he conocido lugares que jamás pensé y a personajes increíbles. Si te interesan las historias de América latina, no dejes de escucharlo.

 2 Gabriela Wiener. Llamada perdida pág. 11 edición Malpaso.2014


Comentarios

Entradas populares de este blog

Los 20 dobles

Emociones quebrantadas

Felicidad